El embalse de Santolea data de los años 30 del siglo pasado, cuando fue construida la primera presa con el objetivo de proporcionar agua para regadío, embalsando las aguas del río Guadalope.
El sistema de presas de Santolea está integrado por la presa de Santolea, construida en 1932, la presa Cañón de Santolea finalizada en 2021 y la presa del Puente de Santolea (o de cola), cuya construcción finalizó en 2012.
En agosto de 2021 se detectó, por parte de los técnicos de la Confederación Hidrográfica del Ebro, un deslizamiento en el macizo rocoso del vaso del embalse del Puente de Santolea, localizado a unos 250 m de la presa. El macizo apareció fracturado en una longitud de unos 150 metros y el bloque inestable tenía un volumen estimado de entre 60.000 y 80.000 m3 de roca, según datos de la confederación.
Por ello el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico valoró la necesidad de acometer una obra de emergencia para retirar los bloques rocosos de la cresta del deslizamiento, haciendo que dichos materiales que estaban al borde del colapso se pudieran desprender de forma controlada, para estabilizar el terreno y evitar un derrumbe fortuito que pudiera afectar a la seguridad de las personas.
En este contexto, en noviembre de 2021, recibimos el encargo de elaborar un documento ambiental para iniciar los trámites administrativos ambientales y, posteriormente, el de ocuparnos del control ambiental de las obras.
Desde el inicio del proyecto CHEbro estuvo concienciada sobre la conservación de la biodiversidad y se preocupó especialmente de las molestias a la fauna, a sabiendas de que en las paredes rocosas del embalse habita el águila azor perdicera (Hieraaetus fasciatus), catalogada como “Vulnerable” a nivel nacional y “En Peligro de Extinción” en Aragón.
Paleoymás controló el cumplimiento de las medidas preventivas y correctoras, así como el comportamiento de la fauna (especialmente el de el águila azor perdicera) durante el trascurso de las obras.
La obra estaba planteada para no afectar al ciclo reproductivo del águila ni al de otras especies de la zona con medidas como: voladuras de baja sonoridad, trabajos únicamente diurnos y finalización antes del inicio del periodo de cría. Los resultados fueron positivos, ya que no se observó alteración alguna en el comportamiento de la fauna.
La obra finalizó en plazo, en diciembre de 2021, con la estabilización del talud y la revegetación del mismo con especies autóctonas como pino carrasco y romero.
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