Nuestro equipo de medio ambiente está efectuando rescates de galápago europeo (Emys orbicularis) en zonas de obra de acondicionamiento de emisarios. Durante estas obras se retiran los lodos sedimentados en el fondo, así como la vegetación presente, y se adecúan los taludes para su revestimiento con hormigón.
Las labores de rescate, una vez detectada la especie, consisten en la captura de los ejemplares mediante la colocación de nasas para su posterior liberación a su hábitat natural, minimizando así el impacto antrópico sobre la fauna autóctona y garantizando la preservación de la biodiversidad fluvial.
Las nasas utilizadas son redes de pesca pasiva. Tienen forma cilíndrica y están compuestas por una espiral de metal o plástico cubierta por una red, cuya entrada tiene forma cónica para facilitar la entrada pero no la salida de los galápagos. En su interior hay una pequeña bolsa en la que se introduce el cebo, principalmente pescado azul como la sardina, el boquerón o el arenque. También constan de una boya para evitar su hundimiento.
[Conoce nuestros servicios enfocados a la preservación y estudio de la biodiversidad]
El galápago europeo
Es un quelonio de caparazón ligeramente abombado, cuyo espaldar suele presentar fondo oscuro con líneas o puntos amarillos, aunque existen individuos con el patrón de coloración invertido e individuos con un patrón transicional entre ambos. La cabeza es oscura con manchas o puntos amarillentos, aunque en ocasiones pueden carecer también de ellos.
Los adultos miden unos 150 mm, con tamaño máximo de 168 mm en machos y 172 mm para hembras. Existe dimorfismo sexual, caracterizado por la forma ahuecada del plastrón (la parte ventral del caparazón) y una mayor longitud de la cola en los machos, lo que facilita la cópula. Las hembras, por lo general, son más voluminosas y pesadas.
Los galápagos europeos son omnívoros: su alimentación consta de invertebrados y anfibios, sin desdeñar la carroña ni la materia vegetal. Suelen comer grillos, caracoles de agua, pequeños peces, lombrices de tierra y otros animales de pequeño tamaño, incluyendo especies invasoras como el cangrejo rojo americano (Procambarus clarkii).
Esta especie tiene un crecimiento lento, y por ello tarda en alcanzar la madurez sexual: los machos llegan a la madurez a los 12 o 13 años, mientras que las hembras la retrasan hasta los 18 o 20.
Noticias relacionadas
La batalla contra la extinción de las náyades continúa en el río Ebro
Rescate de un castor europeo atrapado en un canal
ACCIONA confía en Paleoymás para sus rescates de peces
Estudio de herpetofauna en la Reserva Natural de los Galachos de la Alfranca