Margaritifera auricularia, también conocida como margaritona, está catalogada como especie en peligro crítico de extinción. Más del 95% de su población ibérica se encuentra en Aragón, y aunque su elevada mortalidad —registrada desde 2013— parece haber ido ralentizándose, es especialmente importante revertir su situación crítica.
En Paleoymás sabemos esto de primera mano, y es por ello que llevamos una década colaborando con instituciones como la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) para frenar la extinción de esta y otras especies de náyades presentes en el río Ebro.
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Por todo esto nos parece especialmente importante la labor del Centro de Cría de Margaritona de La Alfranca (Zaragoza). Diseñado como un laboratorio experimental, el centro es un espacio dedicado al estudio y la conservación de este molusco en la cuenca del río Ebro. Ahora, por primera vez en la historia de la especie, se ha alcanzado un logro inédito: completar el ciclo reproductivo de Margaritifera auricularia en cautividad.
La cría de margaritona
El proceso de cría comienza con el traslado de ejemplares adultos del medio natural y la puesta en contacto de los mismos con peces hospedadores —en este caso Salaria fluviatilis o blenio de río, también en peligro de extinción— para que las larvas puedan alojarse en sus branquias y ser sujeto de la metamorfosis que las transforma en juveniles.
Unas cinco semanas más tarde, los juveniles se separan del pez hospedador. Una parte se lleva al medio natural, otra se mantiene en las instalaciones de cría, y una última y pequeña parte se destina a la investigación de la tolerancia de la especie a distintos contaminantes.
Así, en 2023 y por primera vez en la historia, se ha comprobado que ejemplares de margaritona de seis años de edad mantenidos en cautividad han empezado a liberar gloquidios (larvas). “Una gran noticia que abre la puerta a continuar y desarrollar con mayor alcance el proyecto de cría, ya que a partir de ahora se podrá contar con generaciones nacidas en cautividad que ya se reproducen”, señala el Departamento de Agricultura aragonés.
La supervivencia de la especie depende de nosotros
A pesar de este gran logro, el Gobierno de Aragón ha advertido que el esfuerzo será en vano si las condiciones de los hábitats naturales no son adecuadas para la supervivencia de la margaritona, y ha hecho hincapié en que es imprescindible trabajar para la restauración del entorno natural de la especie, particularmente en el Ebro, y recuperar así su rango de distribución.
En Paleoymás hemos ejecutado numerosas campañas de prospección de náyades, no solo para identificar y monitorear las poblaciones que habitan el río, sino también para identificar los factores ambientales que influyen en su supervivencia: la calidad del agua, la temperatura, la vegetación de ribera, la coexistencia con otras especies… Además, también hemos desarrollado prospecciones asociadas a obras fluviales (en Soto de Sardillas o Castejón, en Navarra; en Castellote, Teruel; en Logroño, La Rioja…).
Estas tareas reflejan nuestro compromiso con la conservación de las especies amenazadas y la protección del medio ambiente.
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