Los ríos son más que corrientes de agua. Son parte del sistema nervioso del planeta; ecosistemas de gran importancia que albergan un amplio rango de biodiversidad tanto en flora como en fauna. De ellos depende nada más y nada menos que un tercio de la producción mundial de nuestros alimentos. Tampoco podemos olvidarnos del incalculable impacto que han tenido durante generaciones en la cultura e historia de los habitantes en contacto con ellos.
En resumen: los ríos son fuente de vida.
Es por esto que cada cuarto domingo de septiembre —siendo este año el día 24— se celebra el Día Mundial de los Ríos, propuesto por primera vez en 2005 por el activista canadiense Mark Angelo y apoyado por varias de las agencias de la ONU. Existe también el Día Internacional de Acción por los Ríos, este celebrado el 14 de marzo, que busca recuperar el bienestar de las cuencas hidrográficas.
Teniendo en cuenta la crítica situación de los ríos, la celebración de estas efemérides es muy necesaria. En nuestro caso queremos aprovechar la oportunidad para hablar de la problemática a la que nos enfrentamos en lo concerniente al estado actual de nuestras aguas, y también de lo que podemos hacer para mejorarlo.
Técnico medioambiental durante trabajos de eliminación de especies exóticas invasoras en el medio fluvial.
Algunos datos a tener en cuenta
A pesar de que en el año 2000 los estados europeos se comprometieron a proteger y restaurar los ecosistemas acuáticos por medio de la aprobación de la directiva Marco del Agua, la cual tenía como objetivo alcanzar el buen estado ecológico en 2015 o, como muy tarde, en 2027, es evidente que esta medida no es suficiente para paliar la oscura situación las aguas europeas.
Ya en 2018 la WWF (World Wildlife Fund for Nature o Fondo Mundial para la Naturaleza) denunciaba que solo el 40% del suministro de agua europeo contaba con un estado saludable, y que en España el 45% de los ríos, humedales y estuarios, así como el 44% de los acuíferos, se encontraban en mal estado, según un informe de la Agencia Europea de Medio Ambiente (AEMA) [en inglés].
En 2022 la situación no había mejorado: según el borrador de la Estrategia Nacional de Recuperación de Ríos el 45% de las masas de agua en España continuaban deterioradas.
Conoce a tu enemigo
Vayamos al quid de la cuestión: ¿qué está provocando el estado crítico de nuestros ríos?
- Construcciones transversales que alteran la continuidad longitudinal fluvial, como presas y azudes —fragmentaciones del curso de los ríos que afectan negativamente tanto a peces como al transporte sedimentario— y otros obstáculos laterales como muros o escolleras. Estas limitan el caudal en los flancos y modifican su curso.
- Especies exóticas invasoras: flora y fauna que amenaza los ecosistemas naturales. Según el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) son la segunda causa de pérdida de biodiversidad en todo el mundo, ya que provocan la extinción de poblaciones locales.
- El cambio climático, que ha modificado la frecuencia y el flujo de las precipitaciones llegando no solo a convertir en estacionales a ríos permanentes, sino también a eliminar los temporales. Esto, por supuesto, también trae consigo afecciones a la biodiversidad de estos ecosistemas.
- La desaparición de los bosques de ribera, provocada por una mezcla de las anteriores amenazas —además de por el uso ganadero y agrícola— origina una desestabilización de las orillas de los ríos, una mayor erosión del suelo y también el declive de las condiciones microclimáticas del entorno (como atrapar carbono atmosférico y mitigar la propagación de incendios forestales).
- La extracción excesiva de agua para consumo humano —ya en 2018 el 25% de los acuíferos estaban sobreexplotados— y el descenso de calidad del agua debido a la contaminación, que en ese mismo año afectaban a más del 40% de las masas superficiales.
Campaña de eliminación de Corbicula fluminea (especie exótica invasora).
¿Qué podemos hacer?
Proteger el patrimonio natural es tarea de todos, y visibilizar los problemas medioambientales —a través de la celebración de efemérides como esta, por ejemplo— es el primer paso para conseguirlo. Después, el objetivo es llegar a acuerdos y hacer planes que estén enfocados en la conservación de nuestros ríos, como por ejemplo:
- Restringir la construcción de presas, sustituir las que se encuentran al final de su vida útil por tecnologías con menos impacto en el medio (como la energía solar o la eólica) o eliminar presas existentes. En 2021 la WWF elaboró un informe según el cual demoliendo 5400 obstáculos prioritarios en España podrían reconectarse más de 17 000 km de ríos.
- Controlar las poblaciones de especies invasoras tratando de detectarlas en sus fases más tempranas, erradicándolas en el medio fluvial y no siendo partícipes de su comercialización.
- Apoyar las medidas contra el cambio climático a nivel legislativo —así como otras medidas enfocadas específicamente al cuidado del agua, como la protección de zonas de humedales, la regulación de extracción del agua o la reducción del uso de pesticidas en el sector agrícola— e integrar en nuestras vidas una serie de esfuerzos a nivel individual que nos permitan aportar nuestro grano de arena: el ahorro de energía, la reducción de residuos (especialmente plásticos), evitar el malgasto del agua, comprar productos locales y de temporada…
Huevos de caracol manzana (especie exótica invasora).
Lo que ya estamos haciendo
La conservación del medio es uno de los pilares de nuestra línea de trabajo, y por tanto en Paleoymás nos enorgullece poner nuestro empeño en ser parte de la solución —aunque nuestros esfuerzos sean, a fin de cuentas, tan solo una pequeña parte de una responsabilidad común—.
En concreto y en relación con la conservación de los ríos, nuestro equipo de medioambiente lleva desde 2013 participando en campañas centradas al estudio y la extinción de las especies exóticas invasoras (EEI), trabajando especialmente con el caracol manzana (Pomacea sp.) y la almeja asiática (Corbicula fluminea), aunque también ha participado en muestreos y análisis para detectar otros moluscos como el mejillón cebra (Dreissena polymorpha).
Asimismo, nuestros técnicos han desarrollado proyectos relacionados con la protección de otras especies, especialmente náyades, como las cuatro que están presentes en el río Ebro —Margaritifera auricularia, Unio mancus, Potomida littoralis y Anodonta anatina—, que son especies protegidas, y cuya monitorización es tanto o más importante que la de las especies invasoras, ya que su presencia es vital para mantener el equilibrio ecológico.
Por ejemplo, desde 2012 la Confederación Hidrográfica del Ebro promueve un proyecto plurianual para caracterizar estas poblaciones a lo largo de todo el curso del río Ebro, aunque esta no es la única zona en la que hemos actuado. Navarra, Galicia, La Rioja y Cataluña son algunas de las comunidades en las que se han realizado tareas relacionadas con la conservación fluvial en relación a las especies que allí habitan.
Nuestro equipo ha participado incluso en equipos de investigación para programas de televisión realizando asesoramientos de malacología (el estudio de los moluscos), así como eventos tales como el VI Congreso Nacional sobre Especies Exóticas Invasoras, y hemos realizado proyectos como la Exposición Itinerante sobre Especies Exóticas Invasoras en Cuenca (Castilla-La Mancha).
Sin embargo, nuestras tareas de consultoría ambiental y monitorización de la biodiversidad no terminan aquí, y estamos seguros de que además de seguir participando en campañas periódicas contra las EEI tenemos todavía mucho que aportar en lo relacionado a la protección del medio fluvial.
Y tú, ¿qué medidas empezarías a tomar para cuidar de nuestros ríos?
Almeja asiática o Corbicula fluminea (especie exótica invasora).
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