Ricla es un lugar único para estudiar el Jurásico. En esta localidad zaragozana, las rocas que forman el paisaje nos muestran un panorama completo de todas las unidades y formaciones que componen este periodo geológico. Además, los relieves y valles se encuentran en un gran sinclinal, y sus capas rocosas inclinadas presentan una excelente exposición, lo que resulta muy conveniente para su observación y su análisis.

Durante el Jurásico, Ricla estaba cubierta por el mar de Tetis, lo que ha hecho que en la actualidad afloren numerosas rocas de origen marino en el entorno, en las cuales abundan los fósiles de distintos organismos que habitaban las aguas por aquel entonces, como ammonites, bivalvos, corales, belemnites y braquiópodos. El registro paleontológico de la zona es uno de los más ricos de la cordillera Ibérica: abarca la mayoría de grupos invertebrados marinos y también algunos reptiles. El interés que despierta Ricla en los investigadores ha provocado la descripción de nuevas especies, como el cocodrilo marino Maledictosuchus riclaensis, o el ammonites Perisphinctes nectobrigensis.

En 2023 el equipo de museografía de Paleoymás realizó una actuación para ensalzar el valor patrimonial de la localidad a través de un panel interpretativo. En él se explica el contexto geológico y paleontológico de Ricla y se habla de algunas de las especies halladas allí, además de ofrecer información interesante relacionada con las Jornadas Aragonesas de Paleontología, que se organizan allí desde 1989.

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