Cuando uno piensa en el trabajo que realizan los paleontólogos en el campo imagina algo muy similar al comienzo de la película de Parque Jurásico: yacimientos enormes con grupos de científicas y científicos armados con martillos y brochas, trabajando cuerpo a tierra para extraer los huesos de la tierra que luego se expondrán completos en los museos. Sin embargo, estos yacimientos excepcionales son los menos comunes. Muchas veces, la labor paleontológica es mucho más humilde, aunque igual de importante.
Aquí te explicaremos una de estas facetas más desconocidas: el análisis de muestras micropaleontológicas en laboratorio. Gracias a estos análisis, es posible obtener mucha información clave sobre cómo era el mundo hace millones de años, qué tipo de seres vivos lo habitaban y qué condiciones climatológicas y ambientales existían.
Identificación y recogida de muestras
El análisis de muestras micropaleontológicas comienza durante las revisiones que se realizan regularmente durante el desarrollo de una obra. Primero, se seleccionan los puntos del trazado de la obra que muestran los niveles más prometedores, es decir, los que pueden contener mayor cantidad de microfósiles y cuya riqueza paleontológica esté bien documentada. Generalmente, las muestras se toman de niveles arcillosos y margosos. Una vez identificados, se recogen varios sacos con muestras para su futuro análisis en el laboratorio.
Lavado de fósiles
Una vez se han recogido las muestras, éstas son transportadas al laboratorio, donde serán sometidas al proceso de lavado y triado. Gracias a esta técnica se consigue eliminar, mediante una serie de procesos mecánicos y fisicoquímicos, la mayor parte de la matriz arcillosa y concentrar e individualizar el contenido micropaleontológico para su posterior clasificación y posible identificación.
Rehidratación y decantación
En primer lugar, la muestra se introduce en cubos con agua para rehidratar el sedimento, que se había dejado secar tras su recogida, y provocar que éste flocule (se espese) y forme barro, que por decantación quedará en el fondo del cubo. La ejecución de esta fase ha de ser metódica y concienzuda, pues, como ya se ha explicado, cada muestra se ha tomado en un nivel concreto, por lo que su potencial contenido fósil puede diferir del de otra muestra, aunque los puntos muestreados estuvieran muy próximos entre sí. Es por ello que cada muestra debe estar etiquetada y debe tratarse de manera individual para evitar que el contenido fósil se mezcle y la información se pierda. La etiqueta debe recoger datos como el nombre del yacimiento, el lugar y fecha en que se tomó la muestra y su cota -es decir, la profundidad a la que se tomó-, entre otras.
Lavado y tamizado
Una vez el sedimento está convenientemente decantado, es momento de lavarlo. Para ello, cada cubo se lava en una mesa de lavado bajo un chorro de agua a presión baja o moderada para disgregar la matriz arcillosa, minimizando en lo posible la rotura de los fósiles. La mesa de lavado consiste en una estructura construida con varios tamices metálicos superpuestos con distintas luces de malla: el tamiz inferior siempre debe ser el de malla de menor diámetro, de más de 0,5 mm, y sobre este se coloca el tamiz con malla de mayor diámetro, de más 2mm. El número de tamices utilizados varía dependiendo del tipo de sedimento que se haya recogido.
Gracias a esta disposición, todo el material arcilloso se elimina y quedan dos o varías fracciones de concentrado compuesto componentes minerales y fósiles de distinto grosos. El que ha quedado concentrado en el tamiz de malla más ancha recibe el nombre de fracción gruesa, y el que queda en el tamiz de malla más fina, fracción fina.
Estas fracciones se dejan secar a la intemperie para eliminar todo rastro de humedad y mantener el material disgregado, apto para su estudio. Ahora es cuando comienza la fase de triado.
Triado
El triado consiste en la discriminación de los fósiles del resto del concentrado mineral. Esta identificación puede realizarse con lupa binocular (entre 7-45 aumentos) para las fracciones finas de menos de 2 mm, y a simple vista o mediante lupa de mano o de mesa para las de fracción mayor a 2 mm.
Clasificación preliminar
Según el tipo de fósiles que se esperan encontrar se puede intentar una clasificación preliminar de los hallazgos. Por ejemplo, si el material que se está triando pertenece al periodo terciario o cuaternario, lo más seguro es que aparezcan restos de pequeños mamíferos o reptiles junto con fragmentos de hueso de organismos de mayor tamaño, por lo que se puede realizar una separación en tres categorías, una primera en la que se incluyan dientes o fragmentos de cráneo, la craneal, una segunda en la que se incluyan restos identificables de huesos del resto del esqueleto, la poscraneal, y una tercera que consista en esquirlas y fragmentos de huesos de mayor tamaño imposibles de diferenciar, la categoría macro. En materiales más antiguos y marinos, por ejemplo, es probable que solo aparezcan foraminíferos, organismos unicelulares con esqueleto mineralizado, por lo que la discriminación no tiene porque ser tan pormenorizada.
Una vez se han identificado todo el material micropaleontológico, esté se guarda en una bolsa, convenientemente etiquetada, para su estudio posterior.
La importancia del proceso de lavado y triado
En Paleoymás, entendemos que cada microfósil, cada fragmento de sedimento, guarda en su interior una parte única e irrepetible de la historia de nuestro planeta. Por eso, el lavado y triado de muestras no son simplemente tareas técnicas, sino procesos científicos que requieren experiencia, precisión y un profundo respeto por el patrimonio y su conocimiento. Nuestro equipo de consultoría patrimonial especializado en paleontología se dedica a garantizar que cada muestra sea procesada con el máximo cuidado, preservando su integridad y su contexto científico para que su valor trascienda en investigaciones de alta calidad.
A continuación puedes consultar algunos proyectos de lavado y triado que hemos realizado:
Lavado y triado de microfauna de los yacimientos de Atapuerca
Control paleontológico en el tramo de AVE Pinto-Torrejón
Excavación y preparación Arenysaurus y Blasisaurus
Actuaciones paleontológicas en las obras de la M-30
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