Hoy, en el Día Europeo del Arte Rupestre, celebramos el valor de uno de los testimonios más antiguos de la humanidad: las pinturas y grabados que nuestros antepasados plasmaron en las rocas hace miles de años.
¿Te has preguntado alguna vez por qué se celebra el 9 de octubre?
Tal día como hoy, en 1902, el arqueólogo francés Émile Cartailhac publicó un artículo titulado “La grotte d’Altamira, Espagne. Mea culpa d’un sceptique”, en el que admitió su error al haber dudado de la autenticidad de este arte rupestre paleolítico. Esta aceptación marcó un momento clave para la investigación del arte prehistórico en Europa. En 2019, la Unión Europea señaló este día para inmortalizar el reconocimiento a las pinturas de Altamira como el primer arte de la humanidad y, por extensión, a todas aquellas regiones del viejo continente, que tengan ese excepcional patrimonio en cuevas, abrigos o sitios al aire libre.
Sin embargo, más allá de la celebración que supone que un francés nos diera la razón, surge un debate importante: ¿cómo equilibrar la conservación de este patrimonio tan frágil con la necesidad de ponerlo en valor para que sea conocido y apreciado? En Paleoymás nos hemos enfrentado más de una vez a este dilema. Como arqueólogos, vemos el valor irremplazable de estos restos prehistóricos, y como especialistas en interpretación del patrimonio, sabemos que es crucial que el público comprenda y aprecie estos vestigios para que los protejan.
Lo que no se conoce, no se valora; y lo que no se valora, no se cuida.
Por ello, creemos que es esencial dar a conocer el arte rupestre, pero debemos hacerlo de manera planificada y respetuosa, teniendo en cuenta los impactos que puede provocar el turismo. Una mala gestión de esta actividad puede dañar gravemente estos recursos de gran valor y fragilidad, acelerando su deterioro o alterando el entorno en el que se encuentran, como tristemente hemos visto en algunos lugares. Así, la clave es encontrar un equilibrio que permita la interpretación y divulgación del arte rupestre, pero minimizando su impacto en el recurso y en el entorno que lo rodea.