El pequeño municipio valenciano de Vallibona, tierra de riqueza natural y cultural, fue durante el Cretácico territorio de dinosaurios. De todos los que probablemente pisaron la zona destaca principalmente Vallibonavenatrix cani, un espinosaurio semiacuático que podía caminar tanto a dos como a cuatro patas. Su nombre proviene de tres fuentes: Vallibona, venatrix («la cazadora» en latín) y Juan Cano Forner, que descubrió los restos en el yacimiento de Santa Águeda.

El municipio quiso otorgarle un hogar permanente a este dinosaurio y encargó al equipo de museística de Paleoymás la creación del Espacio Interpretativo Vallibonavenatrix, que se encuentra en una de las salas habilitadas tras la restauración de la antigua cooperativa de Vallibona, la cual funciona ahora como casa rural. El elemento estrella de esta pequeña exposición son las fidedignas réplicas fósiles del espinosaurio —entre ellos vértebras, costillas y fragmentos pélvicos—.

La cartelería interpretativa del espacio habla sobre todo de Vallibonavenatrix cani y arroja luz sobre distintos aspectos técnicos, como su filogenia, características y árbol genealógico, pero no se olvida de los fósiles invertebrados de Vallibona, dos de los cuales se encontraron allí por primera vez: Orthopsis royoi (descrito en 1935) y Heteraster guali (descrito en 2018). Además, también hace un seguimiento de la historia paleontológica de la historia del municipio a través de una línea temporal, mostrando los hallazgos llevados a cabo desde los años 30, y se muestra una recreación del paleoambiente en esa zona durante el Cretácico Inferior, hace 125 millones de años.

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