Aguas arriba del castillo de Montearagón, cerca del paraje conocido como cantera de Fornillos y en las proximidades de Barluenga (en la margen izquierda) y Apiés y Fornillos (en la margen derecha), se localiza la presa de Montearagón (Huesca), cuyas obras provocaron la afección del puente románico de Fornillos.

El puente, punto de encuentro entre el río Flumen y el camino de Fornillos a Barluenga, conservaba el arco y gran parte de los estribos, tanto el izquierdo como el derecho. La ejecución del embalse amenazaba con sumergirlo bajo sus aguas; al tratarse de un bien histórico de gran valor arqueológico y cultural —y muy apreciado por los vecinos de la zona— se desmontó y almacenó empleando la metodología más adecuada a su edad cronológica, con la intención de facilitar su reposición a la hora de colocarlo en un nuevo emplazamiento.

Las labores de control y seguimiento arqueológico de esta actuación se realizaron a petición de la Confederación Hidrográfica del Ebro (C.H.E.), que se encargó del desarrollo del proyecto y que confió en nosotros para llevarlo a cabo. La zona concreta de estudio se encuentra en el NE de Huesca, en las localidades de Loporzano y Barluenga.

El objetivo de dicho proyecto era crear un área de descanso con varios espacios recreativos rodeados de zonas verdes junto al embalse de Montearagón, restaurando y acondicionando los terrenos que sirvieron durante la construcción de la presa para dotarlos de infraestructuras que potencien su valor paisajístico y medioambiental. En ellos, el puente histórico de Fornillos funciona como elemento protagonista.

Una vez finalizado su montaje, el puente ha recuperado sus 16 metros de largo y 5,6 m de altura, y está de nuevo formado por 32 hiladas de piedras rectangulares: 111 en total.

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Además de participar en el seguimiento arqueológico de la actuación,  se ha interpretado el bien histórico a través de tres elementos de cartelería: dos paneles y una mesa informativa. En ellos se puede aprender acerca de la presa de Montearagón y el puente de Fornillos —sus características, cómo fue el proceso de su desmontaje y cómo se ha ejecutado su reubicación—, así como mitos y leyendas que envuelven el Salto de Roldán, que constituye un emblema de la historia y cultura aragonesas.

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